El Celta, actualmente, no pasa por su mejor momento. La contratación de Rafa Benítez parecía el comienzo de un nuevo proyecto ambicioso. Sin embargo, los fichajes no terminan de convencer y la salida de Gabri Veiga al fútbol árabe supuso un duro golpe. La realidad del conjunto vigués, como veremos en este artículo, fue muy distinta a comienzos de siglo. Era otra época, pero lo que siempre se mantiene en Balaídos es, como reza el himno del club, la “afouteza” en el corazón de la afición.
Desde la temporada 98/99 hasta la 03/04, el Celta estuvo presente en competiciones europeas. Este espléndido ciclo acabó con el equipo jugando la previa de Champions, tras el cuarto puesto logrado en la temporada 02/03. El equipo entrenado por Lotina tuvo que medirse al Slavia Praga checo, un clásico de las rondas preliminares. Jugaron la ida en casa, donde ganaron con un solvente tres a cero. En aquella plantilla había jugadores de la talla de Mostovoi, Catanha, Milosevic o Berizzo. Aunque la eliminatoria estaba muy bien encarrilada, pronto los vigueses conocieron la dureza de esta competición. El Slavia estuvo a punto de remontar, ya que venció dos a cero en la vuelta.
Finalmente, el Celta estaba en el sorteo. Tras muchos años quedándose a pocos puestos de clasificar, por fin les llegó el momento. Los acordes del himno de la Champions sonarían en Balaídos. Como viene siendo habitual en estas historias, al equipo español no le sonrió la suerte. Su grupo estaba formado por AC Milán, Ajax de Amsterdam y Club Brujas. Eran rivales muy complicados, pero la afición celtiña soñaba con este tipo de viajes.
Los resultados del conjunto vigués fueron magníficos. Seguramente, sorprendieron a propios y a extraños. Sólo perdió un partido, en Amsterdam. Con el Brujas empató los dos partidos a uno. Como local, venció por tres a dos en un auténtico partidazo al Ajax de Ibrahimovic y Van der Vaart. Sin embargo, el resultado que más impacto tuvo fue la victoria dos a uno en San Siro. Pese a que los “rossoneri” se pusieron por delante con un gol de Kaká, los de Lotina remontaron el encuentro. Este resultado se dio en la última jornada del grupo, donde los celestes se jugaban el pase con los otros dos competidores. Los belgas vencieron a los holandeses, así que de no ser por el triunfo, los celtiñas hubieran caído a la Copa de la UEFA.
De esta forma, el Celta avanzó a octavos de final como segundo de grupo. Sin duda, fue una temporada especial para el fútbol gallego. El Deṕor también participaba en la Champions, y, como veremos en otro artículo, pasó de ronda al igual que los vigueses. La posibilidad de un derbi gallego en cuartos de final iba aumentando. No obstante, el conjunto celeste se quedó en el camino. Se enfrentaron al Arsenal de Henry y compañía, sin poder ganar ninguno de los dos partidos.
Mientras la Champions League era una aventura para los vigueses, LaLiga era una tortura. Acabaron en la decimonovena posición, lo que significó la caída del club a segunda tras más de diez años seguidos en la élite. En cuanto a las competiciones continentales, regresaron solo dos veces a la Europa League. De la clasificación más reciente, ya han pasado algunos años. Aquel Celta de Berizzo, que hizo soñar a toda Vigo, es otra historia para contar un jueves.