Los años y las temporadas no pasan para Cristiano Ronaldo. Un nuevo doblete con su equipo, el Al-Nassr, le ha permitido convertirse en el máximo goleador en primera división de la historia del fútbol. Y puede que no sea el último récord que consiga, ya que la retirada aún parece lejana.
Cristiano Ronaldo participó en la victoria del Al-Nassr frente al Al-Akhdoud, anotando dos goles en el tramo final del encuentro. De esta forma, el club saudí encara con optimismo una dura semana, en la que se enfrentará al Persépolis (Liga de Campeones de la AFC) y al líder de la liga saudita, el Al Hilal. Además, el astro portugués encabeza la tabla de goleadores de la Saudí Pro League, con un total de quince dianas en catorce partidos disputados. Con los dos últimos goles, alcanzó la cifra de 38 anotaciones en su etapa con el Al-Nassr. Y no solo se encarga de perforar la meta rival, sino que despliega su gran nivel futbolístico para asistir a sus compañeros, hasta en un total de siete ocasiones en lo que va de temporada.
En su larga trayectoria futbolística ha visto portería en 828 ocasiones, distribuidas entre el Sporting de Lisboa, el Manchester United, el Real Madrid, la Juventus, el Al-Nassr y la Selección de Portugal. El Real Madrid es el club donde más goles ha anotado, con un total de 438, mientras que con su selección lleva 128. Su mejor temporada fue la 2014/15, en la que alcanzó las 61 dianas entre todas las competiciones. Como cualquier futbolística, tiene rivales que se le dan mejor que otros. En el caso del portugués, su víctima favorita es el Sevilla FC (27 goles), seguido del Atlético de Madrid (25 goles) y del Getafe (23 goles). Sin embargo, se ha enfrentado al Benfica cinco veces y en ninguna de ellas le consiguió anotar. Es el ‘talón de Aquiles’ del jugador luso.
A pesar de sus 38 años, el ‘olfato goleador’ del portugués sigue intacto. Su elevado nivel futbolístico y su portentoso físico nos permiten soñar con más temporadas haciendo lo que mejor se le da: anotar goles. Parece que el ‘techo’ de Cristiano Ronaldo no tiene límites.