De nuevo, la enfermería cobra protagonismo en el Real Madrid y la Jornada 26 de LaLiga traerá un conjunto merengue con siete bajas. Cinco de los jugadores que no podrán estar en el partido contra el Sevilla FC están lesionados. El otro ausente, Eduardo Camavinga, cumplirá ciclo de sanción por acumulación de tarjetas amarillas. Al francés se suma la de Dani Carvajal, sancionado por su expulsión en el partido contra el Rayo. Un panorama desolador para cualquier equipo, pero con el que ha tenido que convivir Carlo Ancelotti a lo largo de la campaña.
Tres de los lesionados son los “cruzados” que ya todos conocen. Si bien es cierto, Thibaut Courtois y Éder Militão ya ejercitan sobre el césped, no se les espera aún. Lo más probable es que el parón de selecciones de marzo arroje mayores luces con relación a la reincorporación de ambos. A ellos se une David Alaba con la temporada perdida.
Además de los tres mencionados, todavía hay que agregar dos nombres más. Ambos, con la coincidencia de estar afectados en la misma región. El primero, Jude Bellingham, arrastra un esguince en su tobillo que ya le impidió jugar contra el Rayo Vallecano y el Leipzig. Su recuperación avanza, sin embargo, aún hay dudas en lo que a la fecha de regreso se refiere. Pudiera ocurrir contra el Valencia, en la Jornada 27 de LaLiga, o en la vuelta contra el Leipzig por Champions, todo dependerá de su evolución. Por si ello fuera poco, Joselu Mato, producto de un edema óseo en su tobillo derecho, acaba de unirse a la lista de bajas. De esta manera, los dos principales goleadores del Real Madrid no estarán presentes para recibir al Sevilla FC. El inglés acumula 20 dianas y, el canterano, trece empatado con Rodrygo Goes.
Cierto es que Carlo Ancelotti junto a su plantilla han sabido sortear no pocas dificultades a lo largo de la temporada. En un momento de ella, llegaron a acumular ocho bajas simultáneas. Se dice fácil tener afuera a un tercio de la nómina, pero este Real Madrid no ha aflojado el ritmo por ello. Líderes en LaLiga y con la eliminatoria de los octavos de la Champions con marcador a favor no son poca cosa. A ello hay que sumar el título de la Supercopa de España obtenido en enero. Si esto no es una temporada para enmarcar a estas alturas, no sé qué podría serlo. Lo cierto del caso es que sólo queda un escollo más para superar un febrero empinado y rocoso. Y, de seguro, estos guerreros no se darán fácilmente por vencidos a pesar de los problemas.