El Sky Stadium ubicado en Wellington, Nueva Zelanda, será a partir de ahora un lugar inolvidable para España. Tras un duro partido donde enfrentó a Países Bajos, la selección española logró meterse como una de las cuatro semifinalistas del Mundial Femenino de Fútbol. Una posición ganada a pulso y con todo merecimiento.
En ocho Mundiales disputados hasta el momento, España no logró clasificar a los seis primeros. Su estreno fue en Canadá, en 2015, y quedó eliminada en Fase de Grupos. Luego, llegó el Mundial en Francia, 2019, y pudo llegar hasta octavos de final. Ahora, en la competición celebrada en Australia-Nueva Zelanda, finalmente rompió el celofán. Con su victoria, dos a uno, ya está dentro de las cuatro mejores selecciones del mundo.
España buscó el gol de principio a fin. Hubo una diana anulada a Esther González e innumerables intentos de cara al arco defendido por Daphne van Domselaar. Ninguno de ellos logró perforar las redes de la antigua Holanda. Finalmente, al 81’, Mariona Caldentey se ocupó de cobrar un penal provocado por una mano grosera de Van Der Gragt. Pero, el partido estaba lejos de terminar. Al 91’, la misma jugadora de Países Bajos pasó de villana a heroína y consiguió el tanto del empate. No fue sino hasta el 111’ que Salma Paralluelo colocó la desigualdad en el marcador.
Ahora, en semifinales, España espera a las vencedoras del encuentro que disputarán las selecciones de Japón y Suecia. Pero, como quiera que sea, la historia ya ha quedado escrita. El Campeonato del Mundo todavía es posible.