Muchos pensaban que Marco Asensio no podía superar aquella “célebre” frase de “son otros los que deben tirar del carro”. Pero, no ha sido así. El mallorquín lo ha vuelto a hacer, sólo que el destinatario ya no está en el Real Madrid. Ahora, el objetivo de su declaración está en el París Saint-Germain, su actual equipo, y no es otro que Kylian Mbappé.
Durante una entrevista concedida a RMC Sport, Marco Asensio fue consultado en torno a una frase del CEO del PSG, Nasser Al Khelaïfi. El directivo, para referirse a la negativa de renovación por parte de Kylian Mbappé, esgrimió una frase. Una que, si bien es cierta, el contexto en el que se utilizó dista mucho de ser el más adecuado. El catarí indicó: “Nadie está por encima del club”.
Esta frase, ni es la primera vez que se dice, ni será la última, ni en el club francés, ni en el Real Madrid, ni en cualquier otro. El tema es que, por mucho que Mbappé no sea santo de mi devoción, está en su pleno derecho de querer cumplir su contrato. El francés ni está obligado a renovar, ni a aceptar un traspaso que no sea el deseado, ni nada por el estilo. Si quiere cumplir su contrato y sus obligaciones, pues bienvenido sea. Para eso están los contratos y las leyes.
Volviendo a Marco Asensio, el periodista le consultó su opinión con relación a la frase. El mallorquín señaló: “Al final, un club debe estar por encima de todos. Y siempre hay que tener mucho respeto por el club. Por eso creo que todos los que estamos aquí, en Japón, tienen ese respeto”.
Asensio perdió, nuevamente, una oportunidad de oro. Las dos primeras frases, perfectas. Nadie por encima del club y respeto por él en todo momento. Ambas no son debatibles. Pero, cuando agregas la tercera, ya pierde valor todo lo anterior. La pregunta que cabe es si había necesidad de lanzar ese dardo a un compañero de profesión que está ejerciendo su derecho. Yo me pregunto, qué pasaría si el PSG decide que Asensio debe irse ahora, con contrato en vigor, o que debe ampliar su vinculación dos años más. Y, para rematar, que si no cumple con sus designios dictatoriales, debe irse a la grada.
Lo que todavía no aprende Marco Asensio es que las palabras dependen de un contexto y él no parece manejar muy bien lo que ello significa. Hoy, recién fichado, le parece que el PSG es la octava maravilla del mundo y eso le da derecho, según él, a criticar nuevamente a un compañero. A uno que está ejerciendo su pleno derecho a cumplir un contrato, así como él lo ejerció en el Real Madrid ¿o no?