Victoria muy trabajada para un Real Madrid que batalló hasta el final para conseguir doblegar a un Stuttgart que puso las cosas difíciles. El tres a uno brilló en la pizarra del Santiago Bernabéu, gracias a los goles de Mbappé, Rüdiger y Endrick. Un resultado que puede ser engañoso para aquél que no vio el partido. De ello y mucho más, habló Carlo Ancelotti en su comparecencia ante los medios de comunicación, tras la finalización.
Comenzó el italiano analizando lo sucedido en el partido: “El titular es que el Real Madrid ha ganado el primer partido en este nuevo formato de la Champions. Estamos todavía intentando buscar nuestra mejor versión. No hemos empezado bien el partido y ellos ganaban los duelos y tomaron el mando del partido. Marcamos al inicio de la segunda parte y se pudo acabar el partido con un par de transiciones. Pero empataron y tuvimos la fuerza para sacrificarnos y ganar el partido. Si alguien piensa que ganar partidos en la Champions es sencillo, se equivoca”.
Continuando con su análisis, Ancelotti agregó: “He entrenado más de 200 partidos en la competición y no recuerdo ninguno sin sufrir. El Real Madrid sabe muy bien lo que significa ganar una Champions con sufrimiento. Las dos últimas Champions las ganamos defendiendo bien y aprovechando la rapidez de los de arriba. Tenemos que trabajar más en la posesión. Pero, nunca hay que olvidar que la manera más sencilla de hacer daño es acercarse a la portería rival lo más rápido posible”.
También hubo espacio para recordar el arranque de la ruta hacia la Decimoquinta: “El año pasado ganamos el primer partido ante el Unión Berlín en el minuto 95 y sufriendo mucho. Contra el Getafe, igual. No hay nada nuevo en el sufrimiento. Si alguien piensa que los partidos se ganan fáciles se equivoca. Hay que luchar, competir y sufrir también”.
Ancelotti respondió acerca de si este Real Madrid tenía dificultades para elaborar juego: “Hay que elegir entre construir fútbol o jugar vertical. La responsabilidad es del entrenador, que elige jugar vertical. Si construimos la jugada no marcamos el primer gol. Hay momentos en los que tienes que construir y otros en los que tienes que jugar directo porque tenemos delanteros muy rápidos”.
Con respecto a Endrick, que margó un golazo al minuto 95’, Ancelotti apuntó: “Ha tenido coraje porque la mejor solución era aprovechar el tres para uno. Pero, estaba convencido de marcar y lo ha hecho muy bien porque el objetivo último es marcar. Era la solución más complicada, pero le ha salido muy bien. Es capaz de hacer algo que nadie puede pensar. Nadie pensaba que iba a chutar en esta situación. Tiene este don, que es muy efectivo, y en los entrenamientos se ve que tiene algo especial. Es muy efectivo, con un golpeo muy fuerte y muy rápido. En la vida personal no entro. Lo único que puedo decir es que en estos dos días ha demostrado ser muy valiente en todos los sentidos”.
Continuando su análisis de jugadores, Ancelotti habló de Courtois, MVP del cotejo: “Es el mejor portero del mundo sin dudas. Pero, he tenido porteros de mucho nivel. En este momento, Courtois es el mejor de todos”. De Rüdiger: “Es muy contundente en las dos áreas. Es un recurso muy importante, aunque también hay que evaluar la calidad del lanzador. De cabeza es muy fuerte”. Y cerró refiriéndose a la sustitución de Lucas Vázquez: “Los defensas tenían muchos duelos y Lucas estaba ya con tarjeta. Preferí evitar el riesgo. Los defensas lo han hecho bien atrás. Ofensivamente lo pudieron hacer mejor”.
Ancelotti continúa tratando de ajustar las piezas mientras la carga de partidos continúa su agitado camino sin detenerse. Tal y como lo mencionó el italiano el otro día, tras ganar a la Real Sociedad, mejor hacerlo desde la victoria. Con la calidad de la plantilla y la unión que hay entre todos, el momento llegará. Mientras tanto, a capear el temporal y no abandonar la racha ganadora. A veces se sufrirá más, en otras menos, pero dejar de remar, nunca. Y hablando de remar, apenas el sábado continuará el complicado septiembre con otro encuentro más en LaLiga. Así es esto, y así seguirá, al menos hasta que las voces que se han levantado comiencen a cambiar de tonalidad.