Tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe. Así reza el dicho popular y el Real Madrid puede dar fe de ello. Así como con el tema arbitral decidió ponerle un alto con los vídeos de sus actuaciones perjudicando al club, lo de Vini Jr parece haber llegado al límite.
Cierto es que no es la primera vez que ocurre. Vale la pena recordar la presencia de Vinicius Jr en el palco al lado de Florentino Pérez, en el partido contra el Rayo Vallecano. En aquella ocasión, hace ya casi un año, producto del racismo sufrido en Mestalla, el club se cerró en banda con el brasileño. Casualmente, el mismo escenario donde en esta misma semana volvió la polémica gracias a la desastrosa actuación de Gil Manzano.
Ahora, el Real Madrid, representado por su técnico, Carlo Ancelotti, le dio un frenazo a las continuas insinuaciones de las ruedas de prensa. No hay una donde el tema no salga a colación y, generalmente, con un tufillo que hace rato no gusta. Generalmente, el argumento utilizado de inicio es el buen juego de Vini Jr como para suavizar el asunto. Pero, de inmediato, la repetitiva pregunta acerca de si el italiano “habla o no con él” para hacerle ver sus “comportamientos”. Tal vez, el respeto que infunde Carletto no permite que el periodismo vaya de manera frontal. Primero va con el halago y luego con el puñal. Pero, esta vez, el técnico coloco a cada quien en su sitio.
Ancelotti, durante la previa del partido donde el Real Madrid recibirá la visita del Celta, no dudó ni medio segundo. En un tono muy serio señaló: “He mirado atrás un poco y no he encontrado un jugador tan perseguido como él. Le dan patadas, le pitan, le insultan… ¿Qué tiene que hacer? Hace goles y da asistencias. Todo el mundo debe cambiar la actitud con Vinicius. Nunca ha pasado que un jugador de gran talento sufra esas cosas. En Vallecas le dieron un golpe de karate a la cabeza y no hubo ni amarilla y ahora piden la roja para él por un empujón ante el Leipzig. Yo creo que cuando tenemos que hacer una evaluación de una cosa no tenemos que meter camisetas”.
Esta última oración fue, por cierto, omitida en algunas transcripciones de la rueda de prensa. Y, a mi modo de ver, fue lo más tajante de sus palabras, como dirigidas directamente a su interlocutor: “Yo creo que cuando tenemos que hacer una evaluación de una cosa no tenemos que meter camisetas”.
En lo particular, mi apreciación del tema no ha cambiado ni un milímetro. Que Vinicius Jr puede mejorar, no cabe ninguna duda. Incluso, él mismo lo ha dicho sin pelos en la lengua, por cierto, después de meterle un hat-trick al FC Barcelona para ganar la Supercopa. A fin de cuentas es un ser humano y de eso se trata la vida, de aprender y evolucionar. Pero de allí a quererlo poner como el agresor, en lugar de reconocer que es la víctima, no cuenten conmigo.
Tengo muy presente su llegada al Real Madrid y todas las burlas y comentarios que le ha tocado recibir. En aquel momento dije que, aunque en ese entonces sus desaciertos de cara a puerta eran evidentes, el brasileño tenía un don muy escaso en el mundo de hoy. Hablaba de la constancia y el trabajo. No importaba cuantas veces fallaba, siempre volvía a pedir el balón y lo intentaba una y otra vez. Y eso, me aventuré a decir que iba a ser el secreto de su éxito.
Afortunadamente, gracias a esa constancia de Vini Jr y a la dirección de un maestro como lo es Carlo Ancelotti, el brasileño es lo determinante que es hoy en día. De aquella, era por su desacierto, ahora, como no pueden ocultar su talento y eficacia, van hacia lo personal. Que a veces tiene reacciones exageradas, sí, es cierto. Es un jugador que vive con pasión su trabajo y ese sentimiento lo lleva a lugares que podría evitar. Pero, por qué una buena parte del periodismo no habla de los agravios que sufre. Ancelotti lo dejó bien claro en el desarrollo de su argumentación: “He mirado atrás un poco y no he encontrado un jugador tan perseguido como él”.
Carletto cerró su respuesta de manera categórica: “Yo creo que cuando tenemos que hacer una evaluación de una cosa no tenemos que meter camisetas”. El problema es que no es sólo el color de la camiseta. El asunto está en la sociedad y parte del periodismo no escapa a ello. La polémica, verdadera o fabricada, vende. El clickbait es el que gobierna. Decir cualquier cosa para figurar y generar reacciones, likes y visitas, está a la orden del día. Y, lamentablemente, así seguirá, hasta que aparezca otro “Vinicius” que se convierta en el blanco de toda esta podredumbre. Mientras tanto hay que aplaudir que el Real Madrid y Carlo Ancelotti hayan dicho ¡basta!