En Alemania, el fútbol es completamente distinto al resto de países europeos. Las gradas siempre están llenas con la presencia de tifos y bengalas. Los precios de entradas y abonos históricamente han sido populares y los aficionados pueden ir en cuantiosas cantidades a los partidos de visita. No obstante, los diez títulos ligueros consecutivos del Bayern Múnich dejan una sensación descafeinada del campeonato. Un partido que siempre levanta pasiones es «Der Klassiker», donde el Bayern y el Borussia Dortmund se ven las caras. Se celebra hoy, y, en este artículo, os traemos una historia de esta gran rivalidad.
Ambos equipos tienen sus propios derbis. El Dortmund tiene el de la Cuenca del Ruhr contra el Schalke 04, mientras que el Bayern rivaliza con el 1860 Múnich, aunque hace tiempo que no se ven las caras. De esta manera, los bávaros encontraron a su rival más directo en los del Westfalenstadion. Es cierto que el Borussia es el segundo equipo más laureado en el torneo liguero con cinco títulos, pero es que sus rivales en el clásico tienen treinta y dos.
Sin embargo, esta rivalidad tiene su toque romántico. A principios de este siglo, Bayern y Borussia siempre estaban implicados en la lucha por el campeonato. No obstante, los del Ruhr comenzaron a desinflarse a causa de una crisis económica desde el año 2001. La gestión no fue nada buena. Las palabras de su presidente Hans-Joachim Watzke dan fe de ello. «Hemos gastado más de lo que teníamos», confesó el directivo. En Dortmund, se temía lo peor. Las consecuencias podían ir desde sanciones, por parte de la Bundesliga, en forma de deducción de puntos, embargos o prohibiciones de fichajes, hasta el descenso o la desaparición del club.
Es en ese instante donde aparece el Bayern Múnich. Los de Baviera aportaron entre dos y tres millones de euros a las arcas del Borussia Dortmund para garantizar, de forma momentánea, la presencia del club en la Bundesliga. De esta forma, el rival tendió la mano bajo la premisa de «si mis enemigos son fuertes, yo lo seré más». A partir de ahí, los negriamarillos instauraron una política de ventas y ahorro. Tuvieron que traspasar los derechos del nombre del estadio, que ahora se conoce como Signal Iduna Park.
Hoy, a las 18:30, se vuelven a enfrentar. Tras perder la liga la temporada pasada, en la última jornada, el Borussia Dortmund y sus aficionados confían en que este año sea el bueno. Por otro lado, el Bayern viene de caer sorprendentemente, en copa contra un tercera división, el Saarbrücken. Quizás, y pese al ridículo bávaro, la carga de partidos pueda marcar la diferencia en la temporada de ambos conjuntos. En este contexto, se disputa el clásico del fútbol alemán, una gran rivalidad que está bien entendida.