Las estrellas sobre los escudos se han convertido en sinónimo de orgullo y triunfo para sus portadores. Es una tradición que se puede ver tanto en combinados nacionales como en clubes. La más buscada es aquella que te corona como campeón del Mundo. Brasil es quien más tiene con cinco. Le siguen Alemania e Italia con cuatro. Uruguay, la protagonista de este artículo, está empatada con ellos. Sin embargo, los charrúas no han ganado cuatro Mundiales. ¿Por qué las tiene entonces?
De las cuatro estrellas, dos son por victorias mundialistas. Los uruguayos ganaron en su país la primera Copa del Mundo de la historia, celebrada en 1930. Veinte años más tarde se dio el famosísimo Maracanazo. Uruguay venció a Brasil en la final, sobre el césped del legendario estadio de Río de Janeiro. En ambas ediciones, aún no había ningún símbolo en su zamarra que los reconociese como campeón. De hecho, ni siquiera portaban nombres, dorsales o escudos.
Con esto, llegamos a la conclusión de que las cuatro estrellas fueron integradas en el escudo de Uruguay después de alzar los campeonatos. Por lo tanto, las otras dos representan triunfos anteriores a estos logros. Antes de la celebración del primer certamen mundialista, el “mejor equipo del mundo” era aquel que conseguía el oro en los Juegos Olímpicos. Los charrúas se proclamaron campeones de la prueba de fútbol en París 1924 y Ámsterdam 1928. La Asociación Uruguaya de Fútbol los considera torneos mayores y los equipara a la categoría mundial. Es por eso que incluye dos astros más en su insignia. La FIFA no está muy de acuerdo con ellos, pero de momento las siguen luciendo.
A nivel de clubes, algunas ligas tienen recogidos en sus estatutos cuántas estrellas deben tener los equipos. En Italia, cada estrella simboliza diez títulos ligueros. La Juventus fue la primera en colocarse una. En Alemania, la norma es distinta. Cada tres, cinco, diez y veinte títulos se coloca una estrella. Es por ello que Borussia Dortmund o Borussia Monchengladbach tienen dos, sin mencionar las cinco del Bayern Múnich.