En una época donde el Real Madrid se ve sometido a toda clase de rumores y predicciones de cara a los próximos mercados, la estadística va en otra dirección. Sobran artículos donde la especulación, acerca de los supuestos nuevos integrantes de la plantilla merengue, es la que manda. Cierto es que el clikbait constituye la fuerza motora de muchos, no en vano hablamos del club más exitoso de la época. Pero, los fríos números apuntan en una dirección muy diferente.
Durante los últimos once años, la Champions League ha visto como el Real Madrid coloca su nombre en seis de las orejonas. Manchester City, Chelsea, Bayern de Múnich, Barcelona y Liverpool, con una cada uno, ni se asoman a la pizarra. Esto, por mucho que el poco creíble ranking de coeficientes de la UEFA se empeñe en ubicar a los merengues por detrás de los “citizens”.
Si nos remitimos a la Supercopa de Europa, la tendencia no varía. Cierto es que para muchos carece de valor, pero la verdad es que el torneo define la supremacía del continente. El Real Madrid apunta su nombre en cinco de las últimas once ediciones. El resto de equipos, al igual que en la Champions, sólo ostentan un galardón. Barcelona, Atlético de Madrid, Bayern de Múnich, Chelsea y Manchester City, aparecen rezagados en el ranking que sí dice las cosas como son.
Luego, está otra de las competiciones que al antimadridismo le encanta menospreciar, a menos que su equipo triunfe. Hablo del Mundial de Clubes. A falta de celebrarse la edición 2024, que tendrá lugar en 2025 con nuevo formato, no hay duda en el club que arrasa. De los diez últimos torneos, cinco van para el Real Madrid. Manchester City, Chelsea, Bayern de Múnich, Barcelona y Liverpool, con una cada uno, llegan detrás de la ambulancia.
Ahora, la contraparte. Nada más y nada menos que el gasto y el balance. Muchas fuentes del antimadridismo, haciendo un ejercicio que raya en la idiotez, califican al Real Madrid de club estado. Para ello, hacen un cálculo financiero que no supera la educación primaria y, convenientemente, ven los ingresos pero no la fuente de ellos. Una trampa caza bobos que se resuelve muy fácil. El de Chamartín es una institución de los socios y que no depende de una fortuna de un inversor o de abrir un poco más un oleoducto o gasoducto. Tampoco hay patrocinios oscuros, o ventas ficticias para cumplir con un fair play financiero.
Las cifras que siguen teniendo de cabeza al antimadridismo y medio mundo no tienen discusión. El Real Madrid ocupa el lugar 26 en el balance de fichajes, es decir, ventas menos compras de jugadores. Un gasto neto de -241,95 millones de euros que contrasta enormemente con los 25 clubes que están por encima en una clasificación económica que refleja muy bien lo que significa gerenciar con sentido común. Manchester United (-1.352,84 M€), París Saint-Germain (-1.057,62 M€) y Chelsea (-1.044,04 M€), ocupan el podio. Les siguen Arsenal (-942,94 M€) y Manchester City (-905,53 M€). No es sorpresa ver al FC Barcelona por encima, en el puesto doce (-489,96 M€), y a equipos de la liga saudí como Al Hilal y Al Nassr, en los lugares once y quince, respectivamente.
Tampoco extraña ver a otros clubes, que nada han ganado, por encima del Real Madrid en la estadística de balance en fichajes. Bournemouth, Crystal Palace, Fulham, Brighton y Wolverhampton, ocupan los lugares 17, 20, 22, 23 y 24, respectivamente.
Por si esto fuera poco, en la última década, el Real Madrid ocupa el undécimo lugar en inversión pura en fichajes, con 1.120 millones. Por encima, el lector ya debe haberlo previsto. Chelsea (2.580), Manchester United (1.940), Manchester City (1.850), París Saint-Germain (1.820) y Juventus (1.780), conforman el top cinco. Y sí, no vayan a sorprenderse, pero el FC Barcelona es sexto (1.600) y “el equipo del pueblo”, Atlético de Madrid (1.280), es noveno. Nada más que añadir, señoría…
Así que, mientras esperamos que la vorágine de encuentros retome su curso en este octubre de alto riesgo para el Real Madrid, les dejo estas cifras. Aquellos que esperan que Florentino Pérez, José Ángel Sánchez y compañía, vayan lanzarse a destrozar el mercado, que esperen sentados para no cansarse. La política será la misma. No van a entrar en pujas desproporcionadas (léase caso Yoro y tantos otros). Si el jugador está consolidado en el panorama mundial, y su deseo es vestirse de blanco, que llegue gratis (no hacen falta ejemplos). Y si Juni Calafat encuentra un joven con futuro prometedor, a por él pero, de nuevo, sin subasta. El resto, son especulaciones y lo que no me cansaré de denunciar: el destructor clickbait.