Corría el minuto 21 en el Turf Moor de Burnley cuando un acontecimiento haría saltar las alarmas del Manchester City. Kevin de Bruyne con ostensibles gestos de dolor, se llevaba la mano a la pierna, una zona que le ha dado varios dolores de cabeza a lo largo de su carrera.
De nuevo el tendón de la corva y de nuevo la misma imagen, el belga abandonaba el terreno de juego lesionado dejando el relevo a un Mateo Kovacic que debutaba en Premier League con los citizen. La preocupación podía sentirse en el rostro de Pep Guardiola, que perdía a su comandante en el centro del campo.
Tanto es así que en la posterior rueda de prensa, no ocultó su preocupación por la pérdida de su timonel, catalogándola como irremplazable. Además, el entrenador catalán destacaba que los médicos se plantean la posibilidad de mandar a Kevin al quirófano, lo que lo tendría alejado de los terrenos de juego entre tres y cuatro meses.
Aún considerándose irremplazable por su propio entrenador y compañeros, el Manchester City ya trabaja en la búsqueda de su sustituto que, según Di Marzio, todo apunta a que será Dani Olmo. El mediapunta español, con capacidad de caer a banda, ha comenzado la temporada a un nivel excelso, ayudando al RB Leipzig a la consecución del título de la Supercopa alemana con un hat-trick ante el Bayern de Múnich. Visión, calidad y punta de velocidad para un Guardiola preocupado por la pérdida de su jugador estrella.